Tenemos el placer de retomar este apartado de “Entrevistas Carnavaleras”
con un personaje muy querido dentro de este mundillo, como es Jesús “el Parola”.
Caja durante muchos años de las agrupaciones de “Los Palizas”, en esta
entrevista nos repasa su trayectoria como carnavalero y nos cuenta alguna que
otra curiosidad que a buen seguro agradará a los aficionados. Os dejamos con él
y como siempre, esperamos que os guste.
Jesús, ¿cómo fueron tus inicios en el Carnaval?
El inicio en esta locura data del año 1988, con una agrupación creada con
amistades de la época llamada “Los Mendigos” (pito de caña incluido). Al año
siguiente formamos “Los Mosqueteros” y la última de esta serie serían “Los
Pintores”. Tras un cambio de componentes creamos una chirimurga llamada “Aquí
no se ve ná”, corría el año 1991. Años más tarde nos incorporamos a un grupo
que por aquel entonces era la Peña Los Canijos (Benito “el Maestro” y
compañía). Ese año sacamos “Los niños del 27 centímetros”. A raíz de ahí nos
ilusionamos y creamos “Los Palizas”, pero eso es ya otra historia.
¿Qué te dio el Carnaval
para luchar tanto por él?
El Carnaval me dio la oportunidad de disfrutar como un enano y pasar unos
ratos inolvidables con los míos.
¿Qué momentos recuerdas
de tu dilatada experiencia en este mundillo?
Todos son buenos momentos, es difícil escoger algunos. Pero sin duda, los
buenos ratos de ensayo.
¿Cómo surgió el grupo de
Los Palizas?
Como contaba antes, veníamos de varias agrupaciones. Éramos cuatro o
cinco, no recuerdo bien. Se unieron al proyecto gente que por otro lado también
provenían de otras agrupaciones y algunos que eran sus primeros comienzos con
la Fiesta. Todo esto con unas ganas enormes de pasarlo bien y disfrutar del
Carnaval, comenzamos a trabajar y darle forma a la agrupación, creando el
primero año el grupo “Los pastilleros”, en el año 1997. Le seguiría “El que
pierde paga”, con el famoso pasodoble “Poco a poco”, himno de Los Palizas. Estas
dos agrupaciones se formaron en el inolvidable y cachondo sótano “Hifi”. A raíz
de aquí nos mudamos a la actual y reconocida sede de “La Moñiga”. La tercera
agrupación hacía mención a un club de pijos (o sea). Con la cuarta agrupación
llegó el apoteósico lanzamiento de “Los Palizas”, “Los Romeros Empotraos” (año
2000). Se pulverizaron todos los récords de premios y actuaciones. A partir de
aquí llegaron innumerables chirigotas, hasta nuestros días. Ya con la mitad de
los antiguos componentes, por desgracia entre los que me incluyo, por mis
problemas de audición. Pero ellos siguen trabajando fuerte, y esperamos que
todo siga y nos hagan pasar buenos ratos.
Eres una de las personas
más laureadas de nuestro Carnaval. Si tuvieras que quedarte con una murga tuya,
¿con cuál te quedarías?
Joder, es difícil. Cada
grupo tenía su estilo, sus posturas cachondas…sus ratos memorables. Pero sin
duda ninguna me quedaría con los “Romeros”, por aquello de mi afición (al
equino).
Nos piden que nos
recuerdes alguna anécdota o experiencia de los ensayos en el sótano Hifi…
Ahí vivimos un auténtico show. Lo que más recuerdo eran los cabezazos
de Iván (el de Don Benito), por la poca altura del techo cuando se emocionaba.
Y la metedura de pata de Dominguín en la arqueta del desagüe, por sus continuas
filigranas. Lo dicho, todo un show.
¿De quién aprendiste a
tocar la caja, Jesús?
En casa siempre hubo afición por la música. Pero ese tipo de instrumento
no entraba en los planes. Cuando empezó el gusanillo del carnaval era seguidor
de la comparsa de Antonio Martín, en el que había un caja famoso, “Pepe el
Caja”. Me cautivó y él me sirvió de inspiración para aprender a tocarla. ¡Era
otra cosa!
¿Es cierto que para
aprender a tocar la caja pasabas horas y horas con Paco, subidos en un pallet
de madera ensayando?
Cierto. Había filtraciones en el sótano “Hifi”, alguna que otra vez
terminamos con botas de agua (no exagero) y encima de una plataforma que nos
fabricamos. Y Paco, con un guante de carnicero por los constantes palos que yo le daba en la mano, cuando redoblaba con alguna que otra copilla de más.
Muchos te consideran un
referente en cuanto a la percusión y carisma. ¿Qué has aportado tú al Carnaval
de Castillejos y qué te ha devuelto éste?
Lo que tengo claro es la dedicación que todos los compañeros de grupo
hemos prestado a la Fiesta. Me devolvió y me devuelve ratos inolvidables. Por
comentar uno, un sábado de carnaval, cenando en el bar de “El Silencio”
(Alameda) pedimos pescado. Fue tan bueno el servicio que le comenté a Isabelo
el Turma, que era el camarero: “te mereces un cuplé” y le dije entre bromas: “De
la mar el mero, y de la calle Chica Isabelo”.
¿Qué piensas que hace
falta para que nuestros vecinos se vuelquen con las agrupaciones carnavalescas?
Inculcar a los más jóvenes la afición a través del colegio, talleres
musicales (aprendizaje de instrumentos) y sobre todo transmitirles la ilusión
por la Fiesta.
¿Por qué crees que
dejaron de salir muchos carnavaleros de nuestro pueblo?
Creo que como todo el mundo sabe es un sacrificio enorme. La ilusión se
va perdiendo, falta de tiempo, asuntos familiares, etc. Se suelen hacer
descansos que después cuesta ir renovándolos. Estamos contados en este mundillo
y si faltas, pues ya sabes.
¿Qué mejorarías de
nuestra tradicional fiesta?
Creo que se pueden mejorar los previos para el Carnaval, alguna que otra
actividad para menores en la semana previa. Por supuesto el trabajar los
recorridos del pasacalles y lucirlo más. que a fin de cuentas, es lo que
engrandece la Fiesta. Ya habéis conseguido al crear la Asociación, exaltar el
Concurso ampliándolo a nivel provincial, cosa que veníamos reclamando a la
Comisión Carnavalera y al Ayuntamiento desde hace muchos años, sin ningún
éxito.
Por último, ¿qué opinión
tienes de la creación de una Asociación como la nuestra para que luche por
nuestro Carnaval?
Pues
creo que es lo lógico. Las asociaciones son las encargadas de promover y
trabajar junto a las Comisiones y Ayuntamiento para el desarrollo de nuestra
Fiesta. Nosotros desde aquí no escatimaremos esfuerzos, en lo que nos gusta.
Un
saludo…y gracias.
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