Seguimos con las entrevistas carnavaleras, esta vez contamos con Francisco Martín Gómez, más conocido en el pueblo como Paco "el viudo". Aunque su etapa como carnavalera fue corta y se limitó a finales de los años 80, fue un innovador al introducir un instrumento propio de los coros en la modalidad de murgas: la bandurria.
Os dejamos con él...
¿De dónde te vino la vena carnavalera, Paco?
El Carnaval para mí era una gran afición, me gustaba mucho. Desde chico tenía un gran apego a las agrupaciones carnavalescas. Cuando era un chaval iba detrás de las murgas y comparsas que venían a actuar desde Isla Cristina o Ayamonte. Estas localidades tenían una gran tradición en la fiesta y venían a cantar a Castillejos, que por aquel entonces tenía un buen Carnaval.
Recuerdo que mi hermano Ramón (qepd), pertenecía a una murga que se llamaba “Los frijones de Carilla”, que llevaban un tipo con unos gorros y en las orejas tenían frijones. Y yo me ponía como un chiquillo que era, a escucharlos a ellos, en los ensayos. Todavía me acuerdo de una de las canciones, que llevaban en su repertorio:
“Los frijones de Carilla
Se cotizan a 1,20
Y como Dios no lo remedie
Se nos va a aflojar hasta el vientre”
A pesar de que han pasado muchos años, aún recuerdo estas coplillas. Sin embargo, no recuerdo las más recientes en las que he participado.
¿Cómo pasabais por aquel entonces el Carnaval? ¿Cómo se celebraban?
Aquí, algunos optaban por pasar el Carnaval en Castillejos y otros grupos de amigos se iban a festejarlo al campo. Recuerdo que nos llevábamos para comer lo que se llamaba “sopa de Carnaval”. Conservo muy buenos recuerdos de esos días de diversión.
¿Sabrías decirme de cuándo datan los Carnavales de nuestro pueblo? ¿Y las murgas?
Es una pregunta que no sabría responderte. Lo cierto y verdad es que yo desde que era un niño recuerdo esta fiesta y sus agrupaciones. Con total seguridad había agrupaciones desde tiempos anteriores a la II República
¿Cómo fue el inicio como componente de murga? ¿Cuándo fue la primera vez que saliste?
Mi participación como integrante de murgas data del año 1986. Todo surgió en mi reunión de amigos. Ellos me lo propusieron y acepté entrar a formar parte del grupo. Entre ellos estaba un “maestro escuela” que estaba casado con una muchacha de aquí. Su nombre era Paco. Él era de Sevilla y venía todas las semanas para ensayar y organizar un poco la agrupación.
Quedábamos casi todas las semanas para preparar las letras y música, y así hasta que se acercaba la fecha señalada para actuar. Recuerdo que entre otros sitios, fuimos a actuar a Sanlúcar de Guadiana, San Silvestre de Guzmán, Puebla de Guzmán o Ayamonte.
En los días de ensayo y durante los Carnavales nos lo pasábamos muy bien. Estábamos deseando que llegara el día para cantar y lucir nuestros disfraces. Había bastante ilusión por ver quién era el que quedaba campeón en el concurso.
El ayuntamiento por aquella época no colaboraba mucho, económicamente hablando, pero merecía la pena.
¿Quién escribía las letras?
Las letras las escribía Paco Espinosa. Eran pura crítica y recuerdo que el autor las hacía en muy poco tiempo. Era asombroso. La música era inspirada en otras antiguas, que adaptábamos a las letras. Componer música era realmente muy difícil.
En cuanto a los tipos de aquellas agrupaciones en las que participaste…
Un año fuimos de “Con las manos en la masa”, debido al tremendo éxito de ese programa de televisión. Otro año, de marineros, siendo yo el capitán. Finalmente, nos disfrazamos de “Maniseros”, un tipo así como tropical, con sombrero de paja y bombachos de colores.En total salí unos cuatro años. Desde ese momento, no volví a aparecer más en Carnaval.
Según me cuentan, fuiste también pregonero…
Así fue. Yo di el pregón en el año 1988 y recordé muchos pasajes del Carnaval de Castillejos, que tenía mucha fama. No llegaba, lógicamente, al de Isla Cristina ni mucho menos Cádiz, pero tenía mucha tradición.
Hice un recordatorio de muchas cosas típicas del Carnaval y también recordé a la figura de "Sipotín" (qepd). Su hijo se me acercó un día en la Terraza y me preguntó: “Paco, ¿tú tienes inconveniente en darme una fotocopia de tu pregón? Me ha gustado mucho. Se me han saltado las lágrimas, porque me has recordado a mi padre”. Eso fue lo más emocionante.
Muchos te recuerdan como el que introdujo la bandurria en las agrupaciones castillejeras. Cuéntanos cómo surgió la idea.
Tradicionalmente y tal y como ocurre hoy día, la bandurria como instrumento se limitaba a los coros. En las murgas y comparsas, solamente se usaba la guitarra. Pero tal era mi afición a la bandurria, que aprendí a tocar con Juan "el de la panadería", que fue aceptada por todos su inclusión junto al resto de instrumentos. Lo cierto es que la bandurria armonizaba muy bien.
¿Cuál fue para ti la agrupación que más te gustó?
Para nosotros siempre fueron buenas las que presentamos, ya que le poníamos mucho interés y mimo para que así fuera. Pero si tengo que elegir, me quedo con el año de “Los marineros”
¿Qué opinas de los cambios introducidos en las agrupaciones a lo largo del tiempo? ¿Lo ves bien o eres partidario de lo añejo?
Particularmente me decanto por la tradición, ya que si algo está bien hecho y así ha sido siempre, así debe quedar. Si bien, si ese cambio es positivo y queda bien en la composición, me agrada.
Un mensaje para los carnavaleros de hoy en día…
Yo les diría que sigan conservando estas tradiciones, que son muy bonitas y forman parte de la cultura de nuestro pueblo, al igual que la Romería o la Feria. Aunque es muy sacrificado, con ganas e ilusión todo se consigue. El Carnaval siempre ha sido sinónimo de fiesta y alegría. Que así siga siendo muchos años.
Agradecemos a Paco su tiempo empleado en someterse a esta entrevista y a posar con su famosa bandurria.
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